El 20 de enero de 2017, día en que comenzó la presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos, las encuestas indicaban que contaba con el favor del 46% de la población, mientras que solo 37% le rechazaba.
A 6 de noviembre de 2018, fecha de celebración de las elecciones de Midterm, esos datos han cambiado. El 53,1% de los encuestados rechaza su gestión, es decir, un 16% más que al inicio del mandato, mientras que su aprobación solo ha descendido en 2,5%.
Trump mantiene una base fiel de la población, un dato que contrasta por ejemplo con la evolución de la popularidad de Obama, que comenzó su trayectoria como presidente con un respaldo del 68% y que 656 días después (momento en el que se encuentra Trump en la celebración de estas elecciones de Midterm) había caído más de veinte puntos hasta el 44,8% (poco más de un punto por encima de Trump).