Geert Wilders
Partido de la Libertad
Mark Rutte
Partido Popular por la Libertad y la Democracia
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¿Quién es Wilders?
Reconocible por su cabello oxigenado, el favorito en los sondeos no es nuevo en política. Geert Wilders, de 53 años, se estrenó como diputado en 1998 de la mano de los liberales, pero años después rompió con ellos y en 2006 fundó el Partido de la Libertad (PVV), de extrema derecha y formado sólo él mismo.
Amenazado de muerte, Wilders se hace rodear de un halo de misterio: vive una casa de máxima seguridad,lleva chaleco antibalas, le protegen seis guardaespaldas y ve a su esposa una vez a la semana.
Su discurso xenófobo promete 'desislamizar' el país y convocar un referéndum a la británica para sacar a Holanda a la Unión Europea. Condenado por discriminación racial, suyas son declaraciones como: "Hay mucha escoria marroquí en Holanda". No es conservador en lo social ni se muestra contrario al matrimonio homosexual.
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¿Qué otros candidatos se presentan?
Estos comicios han batido récord y se han presentado hasta 28 formaciones. En Holanda son tradicionales los gobiernos de coalición: nunca un partido ha logrado obtener mayoría absoluta. Con un panorama tan fragmentado, los sondeos sugieren que se necesitarán hasta cinco partidos para formar gobierno o lo que es lo mismo: sumar 76 diputados de los 150 que componen el parlamento. Estas son los líderes que tienes que conocer:
El primer ministro
Mark Rutte, de 50 años, lleva a los mandos del gobierno liberal conservador desde 2010. Con él la economía holandesa lidera el crecimiento de la eurozona y el paro esté en su mínimo en cinco años, pero los duros recortes sociales durante la crisis amenazan con pasarle factura: según los sondeos perderá el 30% de escaños.
Tiene fama de hábil negociador y es, hoy por hoy, la principal alternativa a Wilders con quien, no olvidemos, gobernó en coalición hasta 2012.
El 'Trudeau' canadiense
Jesse Klaver, líder de los Verdes, es la estrella rutilante de la política holandesa. Le llaman el 'Justin Trudeau' holandés por su parecido con el primer ministro canadiense. Tiene carisma, es joven y su idea es impedir la victoria de Wilders al frente de un movimiento que ilusione de nuevo a los ciudadanos con la democracia, la igualdad social y los derechos humanos como bandera. A sus 30 años ha hecho subir al partido hasta 13 puntos en las encuestas.
El antipopulista
Alexander Pechthold lidera D66, el partido liberal más a la vanguardia en materia de cuestiones sociales. De ellos partió la ley para autorizar el cultivo de la marihuana y esperan volver a hacer historia con la autorización del suicidio asistido. Europeístas convencidos, defienden la acogida de refugiados y más transparencia democrática. Son, dicen, el antídoto de los populismos y se apoyan en datos: el día en que ganó Trump registraron el mayor aumento de afiliados de su historia. Su intención de voto se ha disparado del 8 al 12%.
El socialdemócrata
Lodewijk Asscher es el actual viceprimer ministro. Tiene ante sí el reto de salvar al partido laborista socialdemócrata PvdA, hasta ahora el segundo del país, del descalabro que vaticinan las encuestas: un 70% de diputados menos, de 38 a 12. Su campaña de perfil bajo ha ido a rebufo de la del primer ministro y puede quedar relegado a la sexta posición en favor de los Verdes, el D66, los democristianos y el partido de la Izquierda.
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¿Cómo afecta el resultado a la UE?
Las elecciones en Holanda son el primer termómetro de la salud de la extrema derecha tras el triunfo del 'Brexit' en Reino Unido y Donald Trump en EE.UU. Después de Holanda, celebrarán comicios Francia y Alemania, otros dos estados fundadores de la Unión Europea en los que movimientos populistas y xenófobos tienen un buen pronóstico.
Si Wilders gana, además de amplificar la narrativa de éxito que ha construido la extrema derecha, ha propuesto la celebración de un referéndum –el 'Nexit'- para sacar a Holanda de la Unión Europea. Un nuevo discurso que cada vez tiene más eco y puede cambiar el panorama político de todo el continente.
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¿Qué tiene que decir Turquía?
Turquía ha sido un protagonista inesperado en la recta final de la campaña. El rechazo de las autoridades holandesas a la celebración de mítines de líderes turcos en su territorio ha abierto una crisis diplomática sin precedentes entre ambos países. El gobierno turco ha roto relaciones de alto nivel con el Ejecutivo de Mark Rutte, al que ha llamado "nazi" y ha acusado de practicar "terrorismo de Estado".
Wilders ha aprovechado la crisis para reforzar su discurso xenófobo y ha exigido la expulsión del embajador turco y el cierre de fronteras, mientras que Rutte se ha mostrado firme pero templado. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido a "musulmanes y turcos" holandeses a votan en contra de los dos. Según los sondeos, hay todavía mucho voto indeciso y esta crisis podría inclinar la balanza.
