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UNA JOYA EN SU GÉNERO
La lámpara de araña que preside el patio de butacas del Teatro Real está formada por cristales de roca y bronce y fue encargada en 1962 al vidriero Pedro Tendero. Es una lámpara con mucho valor histórico que pesa 2.700 kilos.
DESPLOME SOBRE UN TEATRO VACÍO
Esta joya pasó a ocupar los titulares de la prensa en 1995 cuando al colocar el forro de terciopelo rojo al mecanismo telescópico de subida y bajada de la lámpara, ésta se desplomó desde 20 metros de altura cayendo al suelo. La Real Fábrica de Cristales de la Granja presupuestó la reparación en 20 millones de pesetas.
SIETE MESES DE TRABAJO PARA RESTAURARLA
Tras la caída de la lámpara principal desde una altura de 20 metros antes de la reinauguración del teatro, se colocó en su lugar otra realizada también por Pedro Tendero, aunque de menor tamaño (2.100kilos) y calidad inferior.