La tecnología, un arma contra la censura

Las maderas se mezclan con los metales, en unas formas mucho más depuradas y pulidas. Las pantallas tienen cada vez más presencia en el decorado del telediario.

Burlar la censura informativa nunca ha sido fácil. Pero a medida que la tecnología se desarrollaba, los reporteros del Telediario han tenido más herramientas para poder contar con libertad y autonomía la crudeza de los conflictos a los que eran enviados.

Si antaño las cámaras de vídeo eran trastos pesados y que sólo podían utilizarse fuera del plató siempre y cuando estuvieran enchufadas a un magnetoscopio, los medios actuales han ido mejorando paulatinamente la forma de trabajo de los reporteros.

La tecnología, un arma contra la censura Burlar la censura informativa nunca ha sido fácil. Pero a medida que la tecnología se desarrollaba, los reporteros del Telediario han tenido más herramientas para poder contar con libertad y autonomía la crudeza de los conflictos a los que eran enviados.

“Durante el tsunami del Índico en 2004, la única forma que teníamos de enviar las piezas desde Sri Lanka era regresando a la capital, Colombo, donde no se habían registrado daños y había conexiones. Eran hasta 9 horas de coche para llegar desde las zonas afectadas hasta el punto de envío de la información”, recuerda la entonces corresponsal en Asia Rosa María Calaf.

Sin embargo, por momentos en medio de las ruinas de Sri Lanka funcionaba la conexión y el teléfono satélite lograba enviar la pieza. De ese modo, imágenes que habían sido grabadas durante la mañana en un punto remoto del planeta en medio de la devastación eran emitidas solo dos horas después en España.

Una antena satelital permitió enviar crónicas desde el frente de batalla en Beni Walid durante la guerra de Libia al equipo de TVE que cubrió el conflicto. “Hoy en día, cuando la noticia tiene relevancia mundial, rápidamente hay un desembarco de unidades móviles que te dan la infraestructura para enviar tus informaciones. Pero en Libia, cuando nosotros llegamos, aún no habían instalado las grandes antenas y gracias a la antena satelital pudimos informar desde el frente”, explica Érika Reija, enviada especial de TVE en Libia en 2012.

Los avances técnicos no solo han aportado autonomía, sino también una mayor libertad a la hora de contar. Por ejemplo, el veto que existe en China a miles de webs, entre ellas algunas tan conocidas como Google, Twitter o Facebook, impide a los corresponsales extranjeros tener acceso a sitios relevantes en Internet. Para saltarse este ‘muro de fuego’ los corresponsales trabajan con VPN, una red privada que permite enmascarar el origen desde el que se conectan a Internet, de tal modo que el equipo aparece conectado desde Estados Unidos -por ejemplo- cuando en realidad están en China. Burlan así la censura.

No es fácil moverse tampoco con las cámaras en lugares en conflicto y es ahí cuando los avances tecnológicos marcan la diferencia. Un ejemplo ocurrió el verano de 2013, cuando se reavivó la crisis en Egipto y los equipos de TVE regresaron al país árabe.

"Aterrizamos en El Cairo justo cuando empezaba el toque de queda, el día en que el ejército desalojó a sangre y fuego los campamentos de los Hermanos Musulmanes. En el aeropuerto nos quitaron dos cámaras, a pesar de que las habíamos escondido en nuestras maletas personales para sortear los registros. Pero llevábamos también una Mini-Dv muy pequeña, del tamaño de una petaca, en una mochila... Y ésa pasó desapercibida. Con esa cámara tan discreta pudimos grabar las barricadas y los tiroteos de esos días", explica Cristina Olea, la enviada especial de TVE en aquella ocasión.

Rosa María Calaf aún recuerda cómo evitaron que en un retén policial les borraran las imágenes de unas protestas en Nepal. “Cuando salieron las cámaras digitales que tenían tarjeta de memoria, pocos sabían que además de en la tarjeta las imágenes se almacenaban en el disco duro de la cámara. Así que cuando el policía nos requisó la tarjeta pudimos recuperarlas gracias a esa memoria interna”, relata esta veterana, que defiende que si cuentas con una tecnología favorable se puede llegar mucho más lejos en un país con restricciones informativas.

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