Personaje interpretado por:

ERNESTO ARIAS

Pedro Peralta

Noble navarro, también conocido como Mosén Pierres de Peralta 'el joven'.

Fue un político con visión, astuto, leal a Juan II de Aragón y destaca en la Guerra Civil de Navarra como militar, donde se convirtió en el mejor diplomático al servicio de Juan II.

Sus lazos con Castilla eran estrechos gracias a su relación de familia y amistad con Carrillo, son consuegros: su hija Juana se casó con Troilo, el hijo natural del arzobispo, en 1467.

Para poner fin a la guerra civil en Castilla que enfrentaba a enriqueños y antienriqueños, dos legados internacionales fueron enviados como mediadores: Pierres de Peralta por Aragón y el nuncio Antonio de Venéris por Roma. Finalmente las dos partes llegaron a firmar en Guisando la paz, aunque no duró demasiado.

Juan II otorgó a Peralta plenos poderes para negociar el matrimonio de su hijo Fernando con Beatriz Pacheco, la hija del marqués de Villena. El plan era que una alianza con Castilla le ayudaría en el frente catalán y en su guerra contra Francia.

Pero una vez en Castilla, el diplomático mostró una gran altura de miras al llegar a la conclusión de que el príncipe aragonés debía apuntar a una esposa con mayores perspectivas: la princesa Isabel.

Peralta no dudó en sobornar y agasajar a quien fuera necesario, entre ellos los consejeros de la joven Chacón y Cárdenas, para conseguir que ella accediera a dicho matrimonio. De manera paralela, Peralta siguió haciendo el doble juego con Pacheco para que éste no desbaratara tan importantes planes. La boda de Fernando e Isabel fue, en buena parte, éxito suyo. Y con ellos, siempre mantendrá una estrecha relación .

Tras la muerte de Paulo II, papa bastante contrario a los intereses de Juan II, Peralta fue enviado a Roma para que hablara en persona con su sucesor, Sixto IV. El diplomático le vendió la idea de que la influencia de Aragón en los territorios italianos podía ser de gran interés para él. Además, mostrando de nuevo su visión de futuro, trajo fondos de unas mermadas arcas de la corona aragonesa para seguir financiando la cruzada contra los turcos. El papa Sixto IV se mostró muy satisfecho y no tardó en dispensar la bula papal, negada por su predecesor, que legitimó así el matrimonio de Fernando e Isabel.

En 1474, Peralta acudió al auxilio de su soberano Juan II, que estaba sitiado en Perpiñán por las tropas de Luis XI. Se disfrazó de monje franciscano para entrar en la plaza asediada y, una vez dentro, lideró la resistencia contra los franceses.