Estigmatización de por vida
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Abandonar la banda no es pan comido.
Aquellos que quieren salir de la pandilla sufren desprecio, rechazo, insultos, golpes e incluso palizas durante más de siete horas por parte de sus excompañeros. Según dicen ellos mismos, forma parte del proceso para dejar el grupo.
Además, se encuentran con grandes impedimentos a la hora de pasar página. Sus tatuajes son uno de ellos.
Foto: AFP / Oscar Rivera