Instagram fue para Dirk Bakker un estímulo en un tiempo en el que atravesaba un mal momento de salud. Necesitaba una vía de escape creativa y encontró en la fotografía una forma de redescubrir la ciudad en la que vive desde hace 30 años, Amsterdam, y practicar deporte, porque usaba su bicicleta para buscar nuevos edificios que retratar.

Su experiencia como diseñador gráfico, oficio que lleva ejerciendo más de 20 años, está intensamente ligado a su capacidad de conjugar las líneas, las formas y los patrones. "Si tuviera que aconsejar a alguien que empiece le diría que fuera creativo, constante y, sobre todo, que se divirtiera haciéndolo. No sirve de nada obsesionarse con subir tus followers o ganar más likes", explica este holandés que sueña con visitar Hong Kong para fotografiarlo.

Esta lisboeta, que estudió arquitectura y pronto marchó a Alemania, ahora reside en Viena, donde disfruta de una vida tranquila sin grandes distancias. Trabaja como social manager y viaja mucho, por lo que su perfil de instagram, que cuenta con más de 360.000 seguidores, refleja escenarios y obras arquitectónicas de los cinco continentes.

El único consejo que se permite dar a los que ahora empiezan en Instagram es que "busquen su propia historia en cada foto" y que "no se obsesionen en conseguir followers".

No se define como un fotógrafo arquitectónico, pero en su perfil puedes encontrar todo tipo de instantáneas de las ciudades que pasea. Viajar le da la oportunidad de indagar en nuevos enfoques y descubrir figuras insólitas sobre las que trabajar. Pero lo único que tiene claro es que cada foto que contiene un edificio debe contener también una historia.

"La arquitectura es un lenguaje que ha ido evolucionado a lo largo de los siglos y ese detalle me resulta de lo más inspirador", explica este diseñador visual, que comenzó a publicar fotos en Instagram en 2010, que ahora reside en Londres.

Las líneas abstractas de los edicificos llaman la atención del ojo de este portugués, que en cada instantánea intenta capturar las intenciones del arquitecto. "Son varios los factores que me hacen pensar sobre la composición: desde la forma de la construcción, hasta la luz que emana o la gente que había la foto", explica Joel Filipe, que comenzó a subir en 2011 imágenes a IG, aunque no fue hasta varios años después cuando decidió que lo que volcara en su perfil debía encajar en su universo visual.

Sueña con viajar y poder ampliar su colección de fotos de arquitectura, aunque siempre con el afán de "combinar la emoción y la historia" que inspire visualmente a quienes las vean.

Llegó a Instagram en 2012 por casualidad, trasteando con el móvil mientras estaba en alguna reunión. Si al prinicpio solo subía fotos de vacaciones, poco a poco su gusto por la arquitectura, carrera que estudió, llegó a copar todo su perfil. "Sin darme cuenta, cada vez dedicaba más tiempo a editar fotos, a intentar captar el mejor ángulo, a hacer rutas por la ciudad buscando nuevos edificios...", explica Tufiño.

Admira a fotógrafos como Iwan Baan o Fernando Guerra y sueña con poder viajar a Shanghái, Hong Kong o Tokio para ampliar su colección de fotos de ciudades caóticas que gustan de preservar su edificios emblemático. Pero si algo le gusta de fotografiar edificios es que "siempre están ahí" y si llueve y no hay buena luz "siempre puedes regresar en otro momento".

Su pasión por la imagen le hace fijarse como pocos en los edificios, volcando su atención en la vertiente expresiva y formal de la arquitectura. Así, el 14 de febrero de 2014 colgó su primera foto en Instagram. Conocía de sobre a su 'modelo', era el edificio en el que trabaja.

Esta gallega, que se ha propuesto convertir su cuenta de Instagram en el vademécum de la Arquitectura Contemporánea española, reconoce que su momento favorito del proceso de creación es la postproducción digital. "Es la fase que más disfruto, porque me aproxima a la imagen que antes he imaginado", explica Collazo.