Pedro González de Mendoza fue un personaje vital en la Castilla de la segunda mitad del siglo XV. Fue uno de los hijos del mítico primer marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza. Diego, uno de los protagonistas de la serie, y pilar de la Corte de Enrique IV, fue el primogéntio; Pedro fue el quinto de diez hermanos y muy pronto destinado a la carrera eclesiástico.
Con 12 años ya era cura y con 14 arcediano. Tuvo una brillante educación humanística junto a su tío, por entonces arzobispo de Toledo, y después en la Universidad de Salamanca. Sus primeros pasos en la Corte castellana, fueron durante el reinado de Juan II y llegó como capellán de la capilla real, con 24 años, en 1452.
A Pedro de Mendoza lo veremos guerreando en la Batalla de Olmedo y terminará logrando el nombramiento como arzobispo de Sevilla. Tras ser nombrado Cardenal de España con el apoyo de la Corona de Aragón, los Mendoza se unirán al bando isabelino al morir Enrique.
Durante el Reinado de Isabel y Fernando será uno de los personajes más importantes como consejero, jefe de ejércitos, diplomático, mecenas cultural y eclesiástico. Un verdadero hombre del Renacimiento.