Noble castellano nacido en 1419 en Belmonte 1419. Era hermano de Pedro Girón y sobrino de Carrillo, arzobispo de Toledo. Nombrado marqués de Villena en 1445, era el padre de Beatriz Pacheco y Diego López de Pacheco.
Dominó la escena política desde los últimos años de Juan II y durante todo el reinado de Enrique IV. Fue su hombre de confianza y tomaba todas las decisiones políticas, aunque no dudó en traicionarle por su propio interés.
Hábil y con buen don de palabra, sabía negociar y hacerse afines con una madera de líder. Era un lince en la estrategia propagandística, en dar al pueblo lo que quería oír para difamar o hundir a sus enemigos.
Para él, los reyes y demás nobles eran piezas de un juego que usaba en su beneficio constantemente, mirando más por sus propios intereses que por los del Reino. Ya desde joven, se le define como ambicioso, astuto, trepador y austero, sobretodo en el vestir, pero curiosamente, ávido de poder y de posesiones. Su obsesión, además del poder, es sublimar su posición social y la de su familia, llegar a entroncar con familia de reyes.
Por su forma de conducirse impunemente entre la Corte de Enrique IV y el bando antienriqueño, la deslealtad también fue una de sus principales características.
Maquinó en contra de Álvaro de Luna y se ganó a Enrique para que defendiera los intereses de la nobleza. Se mantuvo en ese bando a lo largo de dos décadas como valido de Enrique IV.
Al nacer Juana de Castilla, Pacheco, que no la consideraba legítima heredera y se sintió desplazado por el nuevo favorito, Beltrán de la Cueva, confabuló con la liga nobiliaria contra el Enrique IV.