Rezad por mí

Los Gestos

Jorge Mario Bergoglio, jesuita argentino, fue elegido en la Capilla Sixtina tras la inesperada renuncia de Benedicto XVI. Desde el primer momento sus gestos han reflejado la humildad y austeridad que predica. Rechazó el rito de obediencia de los cardenales sentado en el trono tras su designación y en su primera aparición ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro eligió sotana, esclavina blanca y zapatos negros de cordones en vez de muceta, roquete y zapatos rojos. Lleva cruz pectoral de plata dorada, al igual que el anillo del pescador, que no luce siempre.

Yo no he elegido ser papa; y no necesito lujo sino estar con la gente

Yo no he elegido ser papa; y no necesito lujo sino estar con la gente

En su primer año de papado, Francisco ha conseguido un altísimo apoyo popular. Su estilo cercano y su excelente manejo de los medios de comunicación le han convertido en un icono-pop, una suerte de Superman de la que él reniega y sobre cuyos hombros recae la esperanza de una mayor apertura de la Iglesia Católica. Sin embargo, de momento el papa “no ha cambiado la letra pero sí la música”, como resumía la revista Time cuando en diciembre lo eligió personaje del año.

Time, Forbes, The New Yorker y The Advocate, la influyente publicación que defiende los derechos del colectivo gay, eligieron a Francisco personaje del año 2013. En marzo, la editorial Mondadori lanzó Il mio papa, la primera publicación semanal dedicada en exclusiva a su figura.

Sin embargo, los sectores más conservadores y tradicionalistas de la Iglesia rechazan precisamente su relajación en la liturgia y la simplicidad de su figura. Como si fuese un párroco de pueblo en vez del obispo de Roma.