Diagnóstico y aceptación
Aunque el temblor es el síntoma más conocido de la enfermedad, no es el más característico (el 30% de las personas diagnosticadas no lo presenta) ni el más invalidante.
Síntomas
En la enfermedad de Parkinson intervienen un amplio y variado abanico de síntomas que van desde el conocido temblor o la rigidez hasta el estreñimiento o la ansiedad; aunque todos ellos son propios de la enfermedad, no se presentan al mismo tiempo. A continuación conoceremos los síntomas motores y no motores de la enfermedad de Parkinson, pero antes es importante destacar que existen tantos parkinson como personas lo padecen. ¿Por qué? Por dos razones:
- Aunque algunos síntomas son comunes a todas las personas con párkinson, no todas las personas diagnosticadas desarrollan la misma sintomatología.
- Dependiendo de la etapa en la que se encuentren pueden presentar unos síntomas u otros, ya que a medida que la enfermedad avanza puede aparecer nueva sintomatología.
Síntomas motores
Son los más frecuentes en la enfermedad y, como su propio nombre indica, afectan al movimiento.
Es importante destacar que cuando éstos aparecen ya se ha perdido más de un 70% del nivel de dopamina en el cerebro.
- Bradicinesia (lentitud a la hora de realizar movimientos): Éste es el síntoma más característico de la enfermedad; debido a él, las personas con párkinson tienen dificultades para iniciar movimientos precisos (como abrocharse un botón) y presentan una pérdida del movimiento automático que se realiza de forma inconsciente (como por ejemplo, parar ante un obstáculo).
La bradicinesia puede manifestarse de diferentes maneras: escritura más pequeña (micrografía), disminución de la frecuencia del parpadeo, falta de expresividad facial… pero la más característica es la marcha (forma de caminar) que suele ser lenta, con pasos cortos, arrastrando los pies y con disminución o ausencia del braceo. - Rigidez. Las personas con párkinson experimentan un aumento del tono muscular, lo que provoca que estén constantemente con los músculos en tensión y no se puedan relajar. Este síntoma afecta a las personas con párkinson a la hora de realizar acciones cotidianas como girar en la cama o levantarse de una silla y les provoca dolor y calambres en las extremidades. También es responsable, junto a la bradicinesia, de la falta de expresión facial.
- Inestabilidad postural o trastornos de la postura. Es uno de los síntomas más incómodos para las personas afectadas ya que afecta al equilibrio y, por ende, aumenta el riesgo de caídas.A medida que la enfermedad avanza, tiende a aparecer la postura típica del párkinson: encorvada, con las rodillas ligeramente encorvadas, el tronco echado hacia delante y los brazos flexionados.
- Temblor. Aunque es el síntoma más conocido, no es el síntoma más característico ya que el 30% de las personas afectadas nunca llega a presentarlo. Suele aparecer en las extremidades, en un lado del cuerpo y extenderse al otro lado a medida avanza la enfermedad.
El temblor en párkinson aparece cuando la persona está en reposo, es decir, cuando no está realizando ninguna acción y aumenta en situaciones de estrés.
Síntomas no motores
Aunque durante mucho tiempo los síntomas motores se han considerado fundamentales en la enfermedad, los no motores van cobrando cada vez más importancia porque se tiene un mayor conocimiento de ellos. Además, provocan un gran impacto en la vida diaria de las personas diagnosticadas, en especial, en las etapas más avanzadas.
Es importante que las personas con párkinson y sus cuidadores los conozcan y reconozcan para que, cuando haya alguna variación, puedan comunicárselo al especialista.
Los síntomas no motores se pueden agrupar en 4 tipos:
- Trastornos autonómicos. Este tipo de síntomas afectan al Sistema Nervioso Autónomo que controla las acciones involuntarias. Entre ellos se encuentran: el estreñimiento (con una prevalencia del 80%), exceso o ausencia de salivación, hipotensión, incontinencia, disfunción sexual, sudoración excesiva, trastornos de la deglución (dificultad para tragar y disfagia), entre otros.
- Cognitivos y neuropsiquiátricos como las alucinaciones, ilusiones, delirios, demencia, o dificultad para la concentración y para la realización de tareas cognitivas complejas. Otro de los síntomas englobados en este grupo es la depresión que afecta hasta al 65% de las personas con párkinson y que puede estar derivada tanto por la propia enfermedad (es un síntoma en sí mismo) como por el impacto del diagnóstico y la posterior aceptación y adaptación.
Más información: Guía informativa de la enfermedad de Parkinson
On y Off
Una de las características de la enfermedad son los cambios u oscilaciones (llamados fluctuaciones motoras) que experimentan a lo largo del día y que coinciden con el momento en el que la medicación hace efecto.
Se denomina periodo (o fase) ON al momento en que la persona tiene un mejor control de los síntomas y puede realizar sus actividades de la vida diaria. El periodo OFF es la fase de reaparición de los síntomas de la enfermedad. A medida que la enfermedad avanza, los periodos OFF son cada vez más frecuentes y duraderos en el tiempo.
Es por ello que la enfermedad carece de una foto fija, ya que, en un mismo día pueden pasar de tener dificultades para levantarse de la cama sin ayuda (fase OFF) a ser completamente autónomos (fase ON).