Conquista de Granada: la Inquisición

Los Reyes Católicos Isabel y Fernando impulsaron la creación de la Santa Inquisición Española en Sevilla, al ser esta una ciudad con notable presencia judía y morisca y abierta al comercio de mercancías e la difusión de credos no católicos. La sede de la Inquisición estuvo en el castillo de San Jorge del actual barrio de Triana, tras una breve etapa inicial en el convento dominico de San Pablo, hoy parroquia de la Magdalena.

Después de que en 1478 Sixto IV emitiese una bula papal, Isabel y Fernando nombraron a sus propios inquisidores, para velar por la pureza de la fe ante el peligro de las herejías. La Santa Inquisición fue más dura, más arbitraria y más cruel que cualquiera de las que actuaba en Europa. Cientos de personas fueron ajusticiadas en la hoguera, quemadas vivas ante la simple sospecha de ser judíos o falsos conversos. ¿cuadro del auto de fe?

Tomás de Torquemada fue uno de los personajes más importantes de esta institución, como primer Inquisidor General de Castilla y Aragón en el siglo XV. El papa Sixto IV le propone para el cargo en 1483 a instancias de la reina Isabel y suyo es el reglamento común que debía guiar las acciones de los inquisidores. Bajo su mandato hubo una contaminación entre Iglesia y Monarquía: mientras los Reyes cayeron en un fanatismo religioso, la Inquisición adoptó tintes políticos y llegaba a enjuiciar que los Reyes aceptasen dinero de los judíos para financiar la Guerra de Granada.

¿POR QUÉ NACE LA INQUISICIÓN?

Los cristianos, pese a ‘coexistir’ con los judíos durante siglos, sentían un antisemitismo casi popular, que ya originó estallidos de violencia previos como el acaecido en 1391. Detestaban la forma de vivir de los judíos, envidiaban su riqueza y no lidiaban bien con el peso preponderante que alguno de ellos había llegado a tener en la Corte. Por odiar, odiaban hasta la dieta judía, que no respetaban las normas alimenticias de la Iglesia. Los mudéjares cocinaban en esa época usando el aceite de oliva, no el tocino o la manteca de cerdo. Cronistas como Alonso de Palencia o Bernaldez recalcan cómo el olor de fritanga del aceite cocinándose los delataba como conversos o judaizantes o islamizantes y las protestas de la gente ante un olor que consideraban insoportable.

Víctima de este odio fue María González, conocida como la Pampana por estar casada con Juan Pampán, que fue quemada viva por comer carne durante la cuaresma. Murió en Ciudad Real en 1484 juntos a 33 personas más.

¿CÓMO SE ACUSABA A UN HEREJE?

El clima de pavor ante la posibilidad de ser denunciado era asfixiante. Quienes eran acusados no eran informados del motivo de su detención y el inquisidor les preguntaba si conocían el delito que se le atribuía. En función de cuántos pecados reconociese, más indulgente era la pena. También se fomentó la denuncia entre parientes. Hubo hasta casos de hijos que entregaron a sus padres. Nadie sabía quién denunciaba a quien ya que prevalecía el secreto.

LA PESTE, ANTÍDOTO CONTRA LA INQUISICIÓN

Cuenta Alonso de Palencia en sus crónicas que más de 16.000 judíos y falsos conversos murieron por el brote de peste que asoló Sevilla desde principios de 1481. Solo la peste salvó a muchos de ser ejecutados dado que los 'trabajos' de la Santa Inquisición hubieron de ser suspendidos durante 8 años, teniendo muchos perseguidos la oportunidad de huir de los dominios de los Reyes Católicos.

LA CRUELDAD DE LA INQUISICIÓN

Los condenados a muerte eran llevados al campo de Tablada, en donde los Inquisidores habían mandado construir un quemadero con cuatro grandes estatuas huecas de yeso, en representación de los cuatro profetas. Dentro de ellas, metían a los penitentes qeu morían a fuego lento. Por miles se estima que murieron los judíos en los primeros años de Inquisición en Sevilla, además de varias decenas de miles que fueron encarcelados. Los condenados que habían huido o habían muerto antes de la sentencia, eran quemados en estatua. Es decir, se quemaba simbólicamente una estatuta de madera porque la Inquisición dado que la herejía se perseguía hasta la muerte y más allá.

No existe una cifra oficial del número de ajusticiados por la Inquisición, pero citando una fuente original, Andrés Bernaldez, la cifra sería mucho menor: en su crónica se apunta que fueron unos 700 relajados -muertos en la hoguera vivos. para la franja que va desde 1481 a 1488 y es una cifra con sentido, si tenemos en cuenta que la “pestilencia” obligó a parar toda actividad inquisitorial.

La batalla de Alhama >< La toma de Zahara