Retrato

El retrato, extendido al sujeto y su contexto, es el centro de la segunda parte de la muestra. Este bloque trata la disciplina que mejor representa la intencionalidad fotográfica de García-Alix, su interés por los otros, las personas que conforman su mundo, tanto fotográfico como personal. Presencias y ausencias, metáforas y resonancias del propio autor que nos habla en primera persona. García-Alix siempre dice que enfrenta todo lo que fotografía como un retrato. El autor emplea la cámara para proyectarse en lo que tiene enfrente, incorporándolo a su universo fotográfico. El resultado es una obra autorreferencial de profundo calado humano, íntimo y emocional.

En el año 1986, es el momento en que García-Alix “decide” hacerse fotógrafo y se pasa al medio formato. A partir de entonces su estilo estará marcado por el extremo cuidado de la composición, siempre enfrentado al sujeto, generando una mezcla entre la tensión fotográfica y la armonía compositiva, bañado por una iluminación naturalista. Sus amigos, algunos de los cuales ya ha seguido fotografiando a lo largo de su vida, nos permiten observar el paso del tiempo a través de la herramienta fotográfica, a la vez que descubrimos nuevos personajes.

Sus retratos son obtenidos en duras sesiones de trabajo donde el fotógrafo “pide al modelo y se pide a si mismo un acto de comprensión”. García-Alix exige un grado extremo de concentración, un trance donde todo ocurre a través del visor de la cámara. Comienza una progresión compositiva, acumulando más y más tensión, hasta encontrar el “momento” de la foto. Controla el cuerpo como una arquitectura. Y siempre la mirada, frontal, que establece con el modelo y éste a su vez, con el espectador.

Este salto temporal permite observar la evolución del lenguaje fotográfico del artista. Su trabajo a través del retrato sigue siendo esencial en este nuevo bloque de fotografías, ya que en la obra de García-Alix prima el encuentro y la empatía con el otro. Retratos rotundos que nos enfrentan al sujeto, que nos miran y nos cuestionan. Pero también observamos cambios en su forma de fotografiar, como la alternancia de planos medios con primeros planos muy cerrados; variaciones en la posición de cámara, desde el enfrentamiento característico de sus primeros retratos a nuevas visiones en picado o contrapicado; o la entrada de nuevas iluminaciones más duras, donde el claroscuro genera una mayor dureza en el retrato.